Existen algunas estancias del hogar que requieren una especial atención y detalle. En ésta ocasión hablamos del salón, el espacio de las primeras impresiones, donde has de combinar elegancia y estilo en muebles, adornos o manteles. Otra estancia que resulta igualmente importante es la cocina, aquí debe primar la elegancia, pero también la funcionalidad y calidez; algo que lo puede potenciar son elementos como flores, manteles blancos o manteles de colores.
Si comenzamos por el salón, vemos que existen multitud de detalles que resultan fundamentales para crear el ambiente perfecto. Un simple toque con un jarrón con flores, un par de cuadros o un adecuado mantel, pueden cambiar por completo el estilo y darle mucha vida a este. Los muebles, además de para un uso decorativo, ofrecerán funcionalidad, ahorrándonos viajes a la cocina al albergar en ellos nuestra mejor vajilla, lo que embellece aún más. Los manteles decorativos, manteles de lino, manteles bordados, también aportarán distinción a la mesa y si incluimos en esta algún adorno floral, haremos que en nuestro salón luzca un ambiente fresco y perfumado. Otorgan gran personalidad, también, las alfombras de debajo de la mesa, dando armonía e independencia del resto de la estancia.
Por su parte, la cocina es el verdadero corazón del hogar, aquí la familia desayuna, ve la televisión o come. Elegir, por lo tanto, mesas grandes y manteles antimanchas, hará que tu cocina resulte cómoda y familiar sin renunciar al estilo y la blancura. Para dar calidez, los manteles coloridos y florales son los grandes aliados. Esta temporada el color estrella sigue siendo el blanco que, en combinación con algún tono eléctrico en sillas y paredes, aporta glamour y estilo. Si buscas mayor sofisticación, la combinación perfecta apuesta por el mantel blanco y negro. El comedor y la cocina se convierten, así, en dos espacios para compartir, donde familia y amigos disfrutan de los mejores momentos en un entorno confortable a la vez de agradable.
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