En el momento en que nos hacemos mayores la Navidad adquiere un significado diferente al de cuando éramos pequeños. El resultado es una mezcla de melancolía, vagancia y entusiasmo.
Un buen modo de recuperar la ilusión por estas fiestas es innovando en la decoración. Por eso una buena idea es olvidarse del árbol —ya sea artificial o bien no—,del espumillón, del Belén, del incienso y de la mirra.
Acá descubrimos de qué manera reinventar las tradiciones propias de estas fechas por medio de estas fáciles, pero eficaces, sugerencias. Decorar la casa de una forma diferente puede asistir a recuperar la ilusión.
Hay vida tras el típico árbol.
Se acabó el Belén, el árbol hasta arriba de espumillón y la estrella de papel maché que hiciste cuando tenías 6 años. Si bien son recuerdos bonitos, representan otro instante de tu vida. Edifica otros nuevos, más en sintonía con tu estilo de vida actual. Un abeto artificial puede ser de lo más deprimente si no pones entusiasmo en su decoración, pero existen muchas otras opciones, como emplear una fácil rama seca dentro de un jarro facetado y ponerle una guirnalda. Mira qué bonito queda.
A la luz del sol todo sabe mejor.
Como esto va de estrenar nuevas tradiciones, ¿qué mejor forma de hacerlo que comiendo al aire libre? Habrá sitios donde planes de este tipo parezcan a priori inviables, en un caso así valora si puedes ponerle remedio haciéndote con una estufa o bien chimenea de exterior. En todo caso, que la mesa esté vestida como se merece, que es Navidad.
Los calcetines en los pies, las naranjas en la chimenea.
Si la Navidad es bien fría allí donde vives, seguramente pases estas fiestas al calor de un buen fuego. Lo de poner calcetines colgando de ella no es una costumbre nuestra, opta por algo más mediterráneo. ¿Qué mejor forma de ornamentar tu chimenea que con naranjas?
Decora con objetos inesperados.
Como unas jaulas de perdices. Las hemos visto en la decoración de esta mesa y nos han semejado una gran idea. Aportarán un estilo totalmente diferente a las comidas o cenas navideñas.
Unos originales copos de nieve.
En Navidad tendemos a olvidarnos de decorar las paredes, pero fíjate qué idea más sencilla de efectuar. Si tienes niños en casa, puedes además hacerles partícipes edificando unos copos de nieve como los de la fotografía. Es muy sencillo: tan solo se necesitan unos palillos chinos, pintura roja, pinceles, cordeles y cinta adhesiva para colgarlos de la pared. Los más pequeños disfrutarán aportando su toque creativo a la decoración de la casa y tú ganarás una atmósfera diferente para ese rincón algo insulso.
¿Quién afirmó que el calendario de adviento solo era una excusa para comer chocolate?
Podemos hacer la cuenta atrás navideña sin necesidad de llenarnos a bombones ya antes de tiempo. Con unas etiquetas de cartón y varios adornos puedes elaborar un almanaque considerablemente más original. La primera etiqueta corresponderá al día 1 de diciembre y la última al veinticuatro. Píntalas con un número de una manera elegante, quizá te venga bien usar una plantilla. Conforme vayan pasando los días, ve colgando un adorno en la data pertinente. De esta forma, para cuando llegue Nochebuena contarás con un elemento decorativo más.
Los dulces, una obligación.
Atrás quedaron los platos de turrón y peladillas. Ahora hay dulces considerablemente más agradables a la vista que el revoltijo que se termina formando en estos platos. En particular los bastones de caramelo, que se pueden convertir en un elemento ornamental muy socorrido. Y no solo eso, además de esto son ideales para calmar el ansia de los pequeños mientras aguardan la llegada de Papá Noel o bien los Reyes Magos.